Alergia ocular

Las enfermedades alérgicas tienen su origen en una respuesta exagerada del sistema inmune ante estímulos externos (alérgenos) en personas predispuestas.

Múltiples factores: genéticos, ambientales, animales, alimenticios y la exposición temprana a éstos en la infancia, han incrementado los problemas alérgicos de forma considerable en las últimas décadas.

La alergia ocular representa una de las patologías más comunes en la práctica clínica diaria y dentro de este témino incluimos un amplio grupo de patologías en las que están involucrados diferentes mecanismos inmunológicos pero que tienen signos y síntomas en común y que explicaremos a continuación.

¿A qué denominamos Conjuntivitis Alérgica o Alergia Ocular?

Las conjuntivitis alérgicas son un conjunto de enfermedades inflamatorias agudas, recurrentes y en ocasiones persistentes de la superficie ocular que pueden afectar a los párpados, la conjuntiva y la córnea en diferente medida.

Se trata de reacciones de hipersensibilidad generadas por diversos alérgenos a los cuales el individuo afectado reacciona, previa sensibilización o exposición con el mismo.

Habitualmente la reacción es bilateral, es decir; que afecta a ambos ojos de forma simultánea.

Puede presentarse como una entidad aislada o asociarse a otra patología alérgica.

Causas de la Conjuntivitis Alérgica y su consecuente Clasificación

La inflamación se produce, en pacientes previamente sensibilizados, como resultado del contacto directo de un alérgeno con la superficie conjuntival, por un mecanismo inmediato o mediado por inmunoglobulinas (IgE), poniendo en marcha la liberación por parte de los mastocitos de diferentes mediadores celulares de inflamación. En este proceso inflamatorio también pueden estar implicados otros mecanismos: neurogénicos, endocrinos y reacciones inmunológicas que contribuyen a la aparición de los signos y síntomas que caracterizan a esta enfermedad.

Según la naturaleza del antígeno causal la alergia ocular puede aparcer solo en algunos meses del año o durante todo el año. De éste modo se clasifican en:

  • Estacional:

    Es la forma más común de alergia ocular y está relacionada con los alérgenos de temporada cómo el polen de ambrosía, polen de gramíneas y de árboles, sobre todo durante la primavera. Afecta frecuentemente a adultos jóvenes (20-40 años de edad), sin predominio por sexo, y se suele asociar a rinitis alérgica y asma bronquial.

  • Perenne:

    relacionada a alérgenos constantes como ácaros del polvo (>50% de los casos), pelo o epitelio de animales domésticos (gatos, perros, aves, etc.), hongos y alérgenos ocupacionales. Los síntomas se presentan durante todo el año, aunque con exacerbaciones en diferentes épocas. No existe predominio de edad o sexo, y la prevalencia de asociación a rinitis alérgica y otras formas de alergia es mayor que con la forma estacional.

  • Primaveral o Vernal:

    en ésta, la respuesta de hipersensibilidad es inespecífica, lo que explica la presencia de síntomas oculares inducidos por estímulos de distintos factores ambientales como el viento, el polvo y la exposición solar. Ocurre en niños y adolescentes de entre 11-13 años de edad y con predominio en el sexo masculino.

⭐?️ La conjuntivitis alérgica afecta a 1 de cada 4 personas

Manifestaciones clínicas

El síntoma principal de la respuesta alérgica es el prurito. Suele estar acompañado de:

  • Picor ( signo más característico )

  • Ojo Rojo, hinchazón o comezón

  • Ardor

  • Lagrimeo

  • Secreción acuosa, algo mucosa

  • Párpados abultados por acumulación de líquido, especialmente por la mañana

  • Sensibilidad a la luz (fotofobia)

  • Sensación de cuerpo extraño

Todos estos síntomas tienen diferentes patrones de presentación y cronología según el tipo de alergia ocular que afecta al paciente.

  • Sintomatología Conjuntivitis Alérgica Estacional

En la Conjuntivitis Alérgica Estacional la afectación es bilateral con aparición súbita o aguda de prurito ocular intenso, lagrimeo y ardor, junto a escurrimiento y prurito nasal, así como estornudos frecuentes. Puede haber visión borrosa, hiperemia y quemosis de la conjuntiva, así como la secreción acuomucinosa. La córnea rara vez se ve afectada.

  • Sintomatología Conjuntivitis Alérgica Perenne

En la Conjuntivitis Alérgica Perenne predominan el prurito y el lagrimeo, aunque también es común que el paciente refiera sensación de cuerpo extraño, sensación de pulsación retrobulbar y otros síntomas no específicos.

  • Sintomatología Queratoconjuntivitis Primaveral

En la Queratoconjuntivitis Primaveral, el proceso inflamatorio es crónico, con exacerbaciones en la primavera, pero también en el otoño y en algunos casos en verano e invierno. El prurito, puede ser muy intenso y se exacerba por las tardes y noches, el enrojecimiento ocular, el lagrimeo y la fotofobia, empeoran con la exposición solar y en días de viento y polvo.

Hay formación de papilas en la conjuntiva palpebral superior, de distintas formas y con abundante secreción mucosa.

La piel del párpado inferior suele mostrar un oscrecimiento infraorbitario característico (ojeras).

A diferencia de las formas estacional y perenne, en la queratoconjuntivitis primaveral la córnea suele estar bastante afectada y puede evolucionar hacia ulceración con formación de placas vernales de color blanco-grisáceo.

¿Alérgenos más frecuentes?

  • Polen

  • Ácaros

  • Polvo

  • Pelo y descamación de animales domésticos

  • Hongos

  • Cosméticos

  • Antibióticos: penicilinas, sulfonamidas, estreptomicina…

Diagnóstico

El diagnóstico debe comenzar identificando los signos clínicos y continuar por pruebas de laboratorio que ayuden a confirmarlo.

En la historia clínica, se deben conocer  los antecedentes heredofamiliares de alergia ocular y la coexistencia de otras formas de alergia, principalmente rinitis alérgica, dermatitis atópica, asma bronquial y urticaria.

Los datos demográficos principales como la edad al inicio de los síntomas, el sexo, la ubicación geográfica y la situación ambiental son muy importantes para discernir el tipo de enfermedad alérgica ocular.  La temporada del año en que inician o se exacerban los síntomas, la forma de presentación, la evolución y las manifestaciones clínicas, especialmente prurito, ojo rojo y lagrimeo, son piezas clave para el diagnóstico.

Para la conjuntivitis papilar gigante recordar que lo más relevante para el diagnóstico es la historia de uso de lentes de contacto, de cirugía de párpados o uso de prótesis ocular, así como la mejoría o resolución de los síntomas y signos al retirar o suspender su uso.

Para la dermatoconjuntivitis de contacto el diagnóstico es esencialmente clínico, y está secundado por pruebas cutáneas, particularmente de parches que contienen las sustancias sospechosas de ocasionar la respuesta de hipersensibilidad.

Pruebas  Diagnósticas:

  • Pruebas Cutáneas Intraepidérmicas:

Son puebas de alergia, tipo test cutáneos o pruebas RAST (Radio Allergo Sorbent Test) , utilizadas  para identificar los desencadenantes específicos especialmente en pacientes con alergia sistémica o atopia o en pacientes con un curso de la enfermedad persistente.

  • Examen de la Conjuntiva:

Caracterizados por raspados conjuntivales y toma de muestras de biopsia.  Los raspados conjuntivales teñidos con Giemsa pueden indicar la presencia de un proceso alérgico debido a que los eosinófilos y gránulos de eosinófilos normalmente no están presentes en la conjuntiva humana.

  • Pruebas de provocación Conjuntival

Se pueden realizar pruebas de provocación conjuntival con alérgenos secos o en solución depositados en el fondo de saco conjuntival inferior o mediante lentes de contacto saturadas con el alérgeno y colocadas sobre la córnea. De esta manera la respuesta puede ser observada clínicamente y las lágrimas y los raspados conjuntivales se pueden estudiar para ver la respuesta celular y los mediadores liberados.

  • Evaluación de las Lágrimas:

El examen citológico de la lágrima evidencia la presencia de neutrófilos, linfocitos, y especialmente eosinófilos en el fluido lagrimal sugiriendo un proceso alérgico. Y mediante el estudio del mediador inflamatorio podría llegarse al diagnóstico específico del tipo de alergia ocular.

Tratamiento

El tratamiento tiene como meta principal:

Minimizar y controlar los síntomas y signos del proceso alérgico, y de ésta manera mejorar la calidad de vida del paciente y así interrumpir y prevenir el ciclo de inflamación ocular causado por la exposición prolongada a los alérgenos, con la consecuente perpetuación de los síntomas.

Medidas de Evasión y Control de Alérgenos

En la casa del paciente y particularmente en el dormitorio, se aconseja evitar o retirar materiales que acumulen grandes cantidades de polvo o ácaros como: alfombras, tapetes, cortinas, cojines, repisas con libros, muñecos de peluche o adornos excesivos e innecesarios, así como plantas naturales.

Asimismo, se debe prestar especial atención a la cama, evitando almohadas y cobertores rellenos de plumas de aves (ganso).

Se recomienda cambiar el colchón cuando sea viejo, o recubrirlo con un forro sintético o de lino totalmente sellado para evitar la migración de ácaros.

Las ventanas o puertas al exterior deben permanecer cerradas en condiciones ambientales adversas (viento, polvo, polución, épocas de polinización y floración). Igualmente, los filtros de los equipos de aire acondicionado central, mini-split o unidades de ventana deben limpiarse o recambiarse frecuentemente. Los filtros de aire contra micropartículas son útiles por la noche mientras el paciente duerme.

Por otra parte, se debe evitar la convivencia estrecha con animales domésticos como gatos, perros y aves.

Se debe usar en el exterior  lentes de protección con filtro ultravioleta, particularmente en días ventosos o ambientes con mucho polvo.

  • No frotarse los ojos, ya que puede empeorar el picor.
  • Higiene del párpado con toallitas estériles.
  • Reducir la exposición a alérgenos

Lágrimas Artificiales

Diluyen y barren los alérgenos y los mediadores químicos de la superficie ocular, además de proveer un efecto de barrera que impide la interacción del alérgeno con las células presentadoras antigénicas en la conjuntiva.

Es recomendable que se apliquen a temperatura fría (se deben almacenar en el refrigerador) para coadyuvar en la reducción del prurito ocular, y con relativa frecuencia en las etapas agudas del proceso alérgico.

Cuando con la evitación y limitación a la exposición alergénica y los medios físicos no se consigue el alivio de los síntomas, se requiere administrar agentes farmacológicos que actúen en contra del proceso alérgico:

  • Vasoconstrictores y descongestivos:

Los vasoconstrictores son muy efectivos en la reducción de la hiperemia conjuntival gracias a su efecto alfa-adrenérgico, aunque su acción es muy corta (2-4 horas).

  • Antinflamatorios no esteroideos:

Podrían emplearse como adyuvantes para la reducción del prurito ocular y la hiperemia conjuntival en casos agudos de difícil control, particularmente el ketorolaco.

  • Antihistamínicos Sistémicos:

Útiles en pacientes con conjuntivitis alérgica estacional acompañada de síntomas de las vías respiratorias altas y con asma bronquial, y en pacientes con queratoconjuntivitis atópica, sobre todo si sufren dermatitis atópica.

  • Antihistamínicos tópicos de acción simple:

Actúan más rápidamente en comparación con los antihistamínicos orales, y muestran un mejor perfil de seguridad. No causan efectos adversos sistémicos significativos y generalmente no contribuyen a la sequedad ocular. Contraindicados en glaucoma de ángulo cerrado.

  • Estabilizadores de Mastocitos de acción simple:

Actúan estabilizando la membrana basal del mastocito (efecto sobre la activación y la desgranulación), previniendo la liberación de histamina y otras sustancias proinflamatorias y reduciendo el influjo de células inflamatorias como eosinófilos, neutrófilos y monocitos.

  • Corticoesteroides Tópicos:

Son los agentes farmacológicos más potentes en el manejo de todas las formas de alergia ocular en las fases aguda y crónica. Poseen propiedades inmunosupresoras y antiproliferativas. Tienen como inconveniente sus potenciales efectos adversos: retraso en la cicatrización, mayor propensión a infecciones, elevación de la presión intraocular y formación de cataratas. Por ello, solo deben emplearse durante períodos cortos de tiempo (1-2 semanas), y si se mantienen durante períodos más largos, es necesaria una estrecha vigilancia sobre la aparición de hipertensión ocular o glaucoma y formación de cataratas.

Otros tipos de Alergias

Conjuntivitis Papilar Gigante

Se presenta en individuos genéticamente susceptibles y se asocia al uso de lentes de contacto sobre todo blandas, prótesis oculares y suturas o sus remanentes. Se presenta a cualquier edad, sin predilección por raza o sexo, y puede afectar a pacientes con y sin antecedentes alérgicos, aunque los síntomas suelen ser más graves en pacientes atópicos. Un factor predisponente  es el síndrome de ojo seco.

En la Conjuntivitis Papilar Gigante  hay irritación ocular que empeora conforme avanza el día con el uso de la lente de contacto, ojo rojo, sensación de cuerpo extraño, visión borrosa y fluctuante asociados con el parpadeo y con desplazamiento vertical de la lente al parpadear, lagrimeo, secreción mucosa abundante y pegajosa por las mañanas y una necesidad imperiosa de retirar la lente de contacto para encontrar alivio.

La manifestación clínica principal es la presencia de papilas gigantes (>1 mm de diámetro) sobre la conjuntiva palpebral superior. A diferencia de la forma primaveral, las papilas son más regulares y homogéneas, con ápices redondeados y de distribución más uniforme sobre la zona anterior y media del tarso superior. La afectación corneal no es relevante o es inexistente.

Queratoconjuntivitis Atópica

Se trata de la forma más grave de alergia ocular. Es más común en adultos entre 20 y 50 años de edad, particularmente varones, en su mayoría con antecedentes personales o familiares de alergias mayores, principalmente dermatitis atópica (95% de los casos), así como rinitis y asma bronquial en el 87% de los pacientes.

En la  Queratoconjuntivitis Atópica existe una afección crónica y recurrente de la superficie ocular y de los párpados, que puede producir secuelas visuales serias por fibrosis y cicatrización.

Se considerada la contraparte ocular de la dermatitis atópica, y frecuentemente existen lesiones eccematosas en la piel de los párpados o en cualquier otra parte del cuerpo, eritematosas y elevadas, en forma de placas descamativas muy pruriginosas, localizadas habitualmente en las regiones antecubital y poplítea.

Los síntomas oculares se caracterizan por períodos de enrojecimiento y prurito ocular intenso, acompañados de lagrimeo, fotofobia, ardor, sensación de cuerpo extraño, secreción mucosa y visión borrosa.

El edema palpebral crónico produce un doble plegamiento de la piel infraorbitaria (pliegue de Dennie-Morgan) y debido al rascado intenso en el área periocular, puede observarse pérdida de la cola de la ceja (signo de Hertoghe).

Dermatoconjuntivitis de Contacto

Relacionada con el contacto directo de la piel de los párpados o la conjuntiva con algún sensibilizante como maquillaje, crema, protector solar, loción o cualquier otro producto químico a través de las manos u otros vehículos. Puede ocurrir en cualquier individuo, incluso sin antecedentes alérgicos. En personas previamente sensibilizadas, la respuesta inmune tarda en manifestarse de 48 a 72 horas tras la exposición alergénica.

La Dermatoconjuntivitis de Contacto es una forma de dermatitis de contacto cuyo proceso inflamatorio afecta  la piel de los párpados y la conjuntiva, así como a la superficie ocular externa. Un día o dos tras la aplicación del sensibilizante, la piel de los párpados se enrojece y aparece prurito moderado. Posteriormente se afecta la conjuntiva bulbar y palpebral inferior, mostrando hiperemia y quemosis, para posteriormente afectar a los párpados en forma de edema y eritema, y al resto de la conjuntiva.

El 25% de la población (niños y adultos) puede verse afectada por esta patología que, frecuentemente, suele aparecer asociada con la rinitis alérgica (afectación de la mucosa nasal)

NIVELES AMBIENTALES DE PÓLENES

Nivel de polen

CONSEJOS  para prevenir los síntomas

Para prevenir los síntomas de la conjuntivitis alérgica, el mejor modo es minimizar o evitar el contacto con el alérgeno.

A continuación se ofrecen una serie de consejos para mejor la sintomatología o evitar su aparición:

  • Determinar el tipo de alergia. Las más frecuentes en España son alergia a los ácaros, al polen (más comunes: ciprés, platanero, olivo y gramíneas) y al pelo de los animales. En el caso de alergias oculares, son especialmente frecuentes las debidas al polen.

  • Reducir al máximo el contacto con el alérgeno (permanecer en lugares cerrados, no abrir las ventanas de los automóviles y casas).

  • Uso de gafas solares para reducir la exposición. Especialmente las de diseño grande y envolvente.

  • Lavar las manos frecuentemente para evitar el contacto del alérgeno con el ojo al frotar estos con las manos.

  • Minimizar las actividades al aire libre.

  • Evitar estar en la calle a primera hora de la mañana así como a última hora de la tarde debido a que son las horas con máxima exposición al polen.

  • Uso de lágrimas artificales con efecto protector para prevenir el contacto del alérgeno con la superficie ocular.