Qué es la Blefaroplastia y cuándo está indicada

La blefaroplastia es una cirugía de los párpados superiores y/o inferiores que normalmente se suele realizar con fines estéticos, para rejuvenecer la mirada y eliminar bolsas en los ojos. Aun así, también existe la blefaroplastia correctiva, no estética, que se realiza cuando los párpados superiores están tan caídos que interfieren en el campo de visión.

Blefaroplastia para mejorar la calidad de vida

La Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE) advierte que algunas enfermedades como el glaucoma o el desprendimiento de retina aumentan los riesgos de reacciones adversas en una blefaroplastia, y requieren de una revisión oftalmológica previa.

Salvo en casos de ictus, parálisis faciales o lesión de algún nervio por traumatismo, una persona sana no se despierta necesitando someterse a una blefaroplastia correctiva, sino que el paso de los años hace que los párpados superiores se vayan cayendo y, en ocasiones, incluso las cejas. Es lo que se conoce como ojos encapotados. En algunas personas, al ir perdiendo la piel firmeza por la edad o por malos hábitos como el restregarse los ojos con frecuencia, los párpados superiores pueden llegar a estar tan caídos como para reducir la parte superior del campo de visión. Ante esta situación, lo mejor es someterse a una sencilla operación que consiste en eliminar un trozo longitudinal de la piel del párpado superior, justo por la zona de la cuenca del ojo (para disimular la cicatriz). En casos muy avanzados, puede necesitarse realizar también un microlifting con las cejas.

Cuando existe justificación para una blefaroplastia correctiva, la sanidad pública se ocupa de todo. El postoperatorio es muy sencillo, aunque requiere del uso de gafas de sol y crema solar de alta protección en los párpados. Además, los resultados suelen ser satisfactorios desde el punto de vista funcional ya que la persona suele recuperar su campo de visión.

La edad a la que alguien puede necesitar una blefaroplastia correctiva suele ser avanzada, en torno a los 70 años, aunque la genética puede jugar en contra y se ven casos de personas con 50-60 años que ya han necesitado de esta cirugía para mejorar su calidad de vida.

En cuanto a las posibles molestias del postoperatorio, incluyen: dificultad para cerrar por completo los párpados las primeras noches, sobre todo si se produce una reacción inflamatoria o blefaritis importante, y algún problema de visión durante las primeras horas. No obstante, la cirugía suele ser ambulatoria, el paciente puede irse a casa el mismo día, y en dos o tres días ya puede leer, ver la televisión, conducir, etcétera.

Blefaroplastia sin cirugía

Las personas de entre 30 y 50 años que solo busquen una mejoría estética, pueden someterse a lo que se conoce como blefaroplastia sin cirugía.

En efecto, no es una blefaroplastia real, sino un tratamiento local con rellenos de ácido hialurónico o con microsucciones en la zona de las bolsas de los ojos, que se realizan con anestesia local.

Hoy en día la blefaroplastia sin cirugía no permite recuperar un campo de visión afectado por unos párpados muy caídos.

 

La blefaroplastia es un tipo de cirugía que se realiza en los párpados superiores o inferiores, muchas veces con fines estéticos y otros para recuperar campo de visión. De hecho, la blefaroplastia correctiva se suele realizar en los párpados superiores, eliminando la piel sobrante que disminuye el campo visual y afecta a la calidad de vida del paciente.

Se trata de una cirugía sencilla, aunque algunas enfermedades como el glaucoma pueden aumentar el riesgo de reacciones adversas. Entre los efectos secundarios, si es que se sufren, cabe destacar una blefaritis pasajera. Con blefaritis o sin ella, se deben proteger las zonas de las incisiones quirúrgicas durante unos días, con crema solar de alta protección y con toallitas limpiadoras desinfectantes específicamente diseñadas para la zona palpebral.