Qué es la conjuntivitis vírica y cómo curarla
De igual manera que el otoño y el invierno aumentan la incidencia de infecciones víricas respiratorias, también se produce un repunte anual en los casos de las conjuntivitis víricas. Algunas veces, la conjuntivitis vírica está causada por el mismo agente responsable de una gripe o un resfriado, aunque también existen cepas de virus que atacan exclusivamente a la conjuntiva.
Si deseas saber más sobre la conjuntivitis vírica, sus síntomas y cómo se debe tratar, sigue leyendo.
¿Qué síntomas tiene la conjuntivitis vírica?
Lagrimeo, ligera rojez y sensación de cuerpo extraño son los síntomas habituales de las conjuntivitis víricas. En ocasiones pueden formarse legañas por las noches.
Resulta que estos mismos síntomas coinciden con los de la conjuntivitis bacteriana, que requiere de tratamiento antibiótico, y de la conjuntivitis alérgica. Entonces, ¿cómo distinguir un tipo de conjuntivitis de otro?
En general, las conjuntivitis víricas presentan una sintomatología leve, muy alejada de la de las conjuntivitis bacteriana. Puedes llegar a pensar que tus molestias se deben al viento o al paso brusco de ambientes húmedos y fríos a cálidos y secos, porque a veces uno ni se plantea que esté ante una conjuntivitis de verdad, aunque así sea.
Con los ojos no se experimenta y, ante la duda, lo adecuado es acudir al médico de atención primaria. Pero si tus síntomas son tan leves que incluso dudas de estar sufriendo un proceso vírico, puedes dejar que el proceso viral siga su curso, durante una o dos semanas, aliviando las molestias con lágrimas artificiales o algún colirio suave de los que alivian las alergias primaverales.
En el caso de los niños, la conjuntivitis vírica puede llegar a ser una pequeña epidemia en el colegio porque los pequeños juegan, pueden compartir una toalla o llevar sus manos a la zona ocular de un compañero para darle una sorpresa: ¿quién soy?.
La conjuntivitis vírica en niños pequeños también puede complicarse por el hecho de frotarse los ojos de manera instintiva. En cualquier caso, aunque no se trata de un problema serio, recomendamos acudir al pediatra en caso de sospecha de conjuntivitis del tipo que sea para cerciorarse y para que prescriba un tratamiento que pueda ser usado a su edad. Huya de los remedios caseros para la conjuntivitis como los lavados de ojos con infusión de manzanilla, porque las partículas sólidas en suspensión pueden empeorar el cuadro con una conjuntivitis bacteriana o lacerando la córnea. Con los ojos no se juega.
Recomendaciones para evitar la conjuntivitis vírica
Una vez sabemos que lo nuestro es un proceso viral y cómo curar la conjuntivitis vírica, toca tener mucho cuidado para no contagiar a nadie. Si la conjuntivitis acompaña a una cepa de la gripe o a un virus catarral, las medidas de higiene pasan por lavar las manos a menudo y no compartir pañuelos, tapar la boca antes de toser, etc.
En el caso de conjuntivitis víricas normales, al cursar con síntomas leves, puedes no sentir la necesidad de ser tan cuidadoso. No bajes la guardia y sigue lavándote las manos a menudo, teniendo en cuenta que la conjuntivitis puede afectar a un solo ojo y luego transmitirse al otro.
Sigue las siguientes pautas:
- Mientras no se haya resuelto por completo el problema, usa una toalla para el rostro para ti solo. Cuando ya te hayas curado, échala a lavar aunque no esté sucia.
- Si te prescriben que apliques gotas o pomada intraocular en ambos ojos, ten presente que el aplicador no debe tocar jamás ni la conjuntiva, ni el lagrimal, y tampoco la piel del contorno de los ojos. En caso de hacerlo, lo más seguro es que se infectara con el virus y, al aplicarte el tratamiento de la conjuntivitis, contagiarás al ojo sano o menos afectado.
- Si pasados unos días las molestias no van disminuyendo, vuelve al médico.
Existe un caso especial de conjuntivitis vírica que requiere siempre de consulta con el especialista. Nos referimos a la conjuntivitis causada por el virus del herpes. Por suerte, se trata de casos poco frecuentes.
Una conjuntivitis vírica no difiere mucho de otros procesos gripales como la gripe o una infección por rotavirus. Existen tratamientos que alivian los síntomas, aunque es el sistema inmunológico el que debe vencer la infección (los antibióticos no curan una conjuntivitis vírica).
La higiene es fundamental para evitar propagar la enfermedad y para acortar el tiempo de recuperación. Los síntomas de la conjuntivitis vírica suelen ser leves.